Historia De Los Nativos Americanos Y La Batalla De Little Bighorn

La destrucción de una cultura
Los indios americanos, más correctamente llamados "nativos americanos", hicieron historia cuando Cristóbal Colón descubrió en 1492 el continente que erróneamente llamó las Indias. Estas poblaciones, que en ese momento contaban con aproximadamente veintidós millones de individuos, descendían de varias etnias de raza mongol que habían llegado a Alaska cruzando Siberia y el estrecho de Bering. Se extendieron gradualmente por el continente, descendiendo hasta Tierra del Fuego.
Para las poblaciones indígenas, el encuentro con los blancos fue una especie de "salto hacia lo desconocido". Primero tuvieron que enfrentarse a los misioneros que, junto con Cristóbal Colón en su segundo viaje, intentaron convertirlos "pacíficamente".
Luego fue el turno de los conquistadores que, en 40 años de exploración y opresión, destruyeron el frágil equilibrio de Centro y Sudamérica. La ruptura de este equilibrio tuvo el efecto de corromper las culturas indígenas, desencadenando guerras sangrientas, de las que los indígenas salieron severamente afectados.
En 1830, Estados Unidos decidió devolver ciertos territorios a los nativos americanos que habían sido sacados de su región de origen. Sin embargo, estos nuevos espacios se fueron reduciendo gradualmente bajo la influencia de la presión de los colonizadores blancos.
Hoy en día, hay 2.500 reservas en los Estados Unidos y Canadá, y se han reconocido 381 de las 600 naciones "nativas", donde se hablan alrededor de 150 idiomas diferentes.
Los fantasmas del rio
El 25 de junio de 1876, las túnicas azules comandadas por el general George Armstrong Custer sufrieron una terrible derrota cerca del río Little Bighorn. Por su magnitud y su impacto, este sangriento evento se convirtió en leyenda y hoy en día se conoce como La Batalla del Pequeño Bighorn. Aún hoy, no solo los historiadores, sino también un gran número de entusiastas se preguntan sobre esta terrible masacre, y personas de todas las nacionalidades y culturas vienen a visitar esta franja de tierra todos los años, en busca de una pista capaz de explicar el mito de la historia de la Batalla de Little Bighorn.
La literatura y el cine fueron los principales contribuyentes para hacer de la leyenda uno de los episodios más dramáticos y sangrientos de la época de la conquista de Occidente. Los únicos testimonios que tenemos sobre el curso de la batalla que opuso al pueblo Lakota y Cheyennes al regimiento de la 7ma caballería de los Estados Unidos nos fueron entregados por los guerreros nativos.
Ningún soldado del regimiento salió vivo de esta remota región de Montana. Hoy sabemos que a lo largo del río Rosebud, soldados del Ejército de los Estados Unidos tomaron huellas frescas que indicaban el paso reciente de muchos pieles rojas. Habiendo localizado a los indios, la 7ª Caballería se dividió en tres grupos, uno de los cuales, integrado por 210 hombres, estaba al mando del general Custer, muy conocido por los indios que lo habían apodado "El de los cabellos largos".
El general, creyendo que podía rodear a los indios y asegurar una rápida victoria, organizó una ofensiva. Fue un error muy grave, porque el grupo de asalto fue superado en número por los Lakota: 2.500 guerreros comandados por Toro Sentado y Caballo Loco estaban escondidos entre las tiendas de la aldea.
El regimiento del ejército estadounidense fue destruido en poco tiempo, y el propio Custer fue asesinado por "White Bull", el nieto de Sitting Bull, después de un duro combate cuerpo a cuerpo. Solo un caballo salió ileso de esta asombrosa matanza.
Danza de los espíritus

No fue hasta 1870 que apareció la famosa Danza de los espíritus entre los nativos americanos de América del Norte.
El profeta indio Wovoka (Jack Wilson), tuvo un sueño: viajaba por el mundo celestial y los dioses le ordenaron regresar a la tierra para predicar y difundir el mensaje entre sus hermanos: "Realizarás esta danza durante cinco días . Baila cuatro noches seguidas y la última noche baila hasta la mañana del día siguiente. Luego, te bañarás en el río y volverás a casa ".
La danza extasiada fue dirigida por un maestro que sostenía una pluma de águila y una pequeña sábana en sus manos. Cuando los bailarines caían en trance, se decía que estaban en diálogo con los espíritus y recibían órdenes y enseñanzas.
Los seguidores creían que Wovoka era el hijo de los dioses, enviado a la tierra para castigar a los blancos y restaurar el dominio indio sobre los territorios. Algunos bailarines vestían ropa que se creía a prueba de balas; otros afirmaron que el bisonte matado también resucitó con los antepasados. La resurrección de estos muertos habría asegurado al pueblo indígena la superioridad numérica sobre los blancos y, gracias a esta nueva fuerza, los indígenas podrían haber superado la dominación imperialista.
Este nuevo ritual, que abogaba por la destrucción de los blancos y el retorno a las tradiciones indias, preocupó al gobierno estadounidense que, al principio, prohibió la religión de la Danza Fantasma. Pero la prohibición fue ignorada y las autoridades decidieron enviar tropas que, el 28 de diciembre de 1890, masacraron a un gran número de Lakota en la Batalla de Wounded Knee (donde también murió el legendario Toro Sentado). A partir de entonces, la Danza de los espíritus no fue más que un recuerdo de una tradición perdida para siempre, expresión de la espiritualidad y la voluntad de venganza de los nativos americanos.
