Las Misteriosas Ruinas De La Civilización Del Imperio Tiwanaku

Encontrado en el altiplano del Altiplano, en Bolivia, las ruinas de un antiguo pueblo inca, Tiwanaku, que captó la atención de los investigadores a principios del siglo XX. Con sus complejos grabados e inscripciones, la Puerta del Sol plantea muchas preguntas. Ubicado a solo unos cientos de metros de las ruinas, otro lugar, igualmente enigmático, ha escapado durante mucho tiempo a la atención de los científicos.
La Puerta del Sol, el Templo de Kalasasaya y el campo de ruinas
A principios del siglo XX, un ingeniero alemán, Arthur Posnansky (1873-1946), estudió las ruinas de Tiwanaku durante muchos años. De ciertos tramos de murallas que permanecieron intactos, dedujo la extensión del pueblo y sus edificios. Su atención se centró principalmente en la zona residencial, llamada en aymara, el idioma de los indios, Kalasasaya, que significa “piedras erguidas”. Al estudiar la disposición de las piedras y su orientación, concluye que debió ser una pirámide o un observatorio astronómico, de miles de años, lo que luego confirmó el arquitecto alemán Edmund Kiss.
Basándose en la altura del edificio y su supuesta orientación, este último intenta fecharlo y concluye que había sido construido alrededor del 15.000 a. C. La estimación fue recibida con gran escepticismo en los círculos científicos, y nuevos grupos de investigadores continuaron recopilando datos hasta la década de 1920.
Algunos confirmaron la primera fecha, pero otros, incluido Posnansky, tuvieron en cuenta nuevos factores. Según las últimas estimaciones publicadas, el edificio se construyó entre los años 10.150 y 4.050 a. C. En 1981, el análisis de una muestra permitió adelantar la fecha de 1580 aC, pero se precisó que la muestra probablemente no era representativa de todo el edificio y sin duda provenía de una ola de trabajos relativamente recientes.
Fue en este momento que los arqueólogos finalmente incluyeron en su investigación las ruinas de Puma Punku, que se encuentran a unos cientos de metros del pueblo de Tiwanaku.
Un juego de construcción
El campo de ruinas incluye bloques de piedra que pesan hasta 100 toneladas, aparentemente de varios edificios. De forma inusual, estos bloques, trabajados con precisión, se pueden organizar de varias maneras, por superposición o por yuxtaposición, un poco como un juego de construcción. Las piedras se ensamblaron mediante un sistema de grapas metálicas, un proceso que los arqueólogos ya habían podido observar en Delfos, aunque distantes varios miles de kilómetros.
Nadie sabe hoy cómo fueron destruidos Puma Punku y Tiwanaku. Una comparación de las técnicas utilizadas en la mampostería muestra que los dos sitios no datan de la misma época. Como la distancia entre ellos es muy pequeña, los cambios en las técnicas utilizadas habrían sido lógicos, si no inevitables. Es más, la destrucción de Puma Punku fue mucho más radical, la estructura de los edificios es apenas visible y apenas queda piedra en pie, mientras que todavía quedan algunas secciones aisladas de la muralla en Tiwanaku. Si un terremoto hubiera causado la destrucción de Puma Punku, lo cual es muy probable dada la ubicación del sitio, el daño habría sido igual de grande en Tiwanaku. No siendo este el caso, se debe concluir que Puma Punku es mucho más antiguo que Tiwanaku. Pero esta circunstancia plantea una nueva pregunta. Los indios de esta región no conocían ni la escritura ni el metal: por tanto, es imposible atribuirles el sistema de las grapas metálicas. También podemos dudar de que supieran trabajar la piedra con tanta precisión. Además, las poblaciones que habitan el Altiplano tampoco atribuyen la autoría de estos sitios a sus antepasados. Según sus leyendas, son obra de dioses o gigantes que vinieron a asentarse allí. Si esto alguna vez se prueba, ¡aún sería necesario explicar de dónde vienen y dónde están ahora!
La puerta del sol

La Puerta del Sol de Tiwanaku, a diferencia del sistema de “juguetes de construcción” observado en Puma Punku, está hecha de un solo bloque y pesa más de 10 toneladas. Está decorado con bajorrelieves y grabados, ubicados principalmente sobre la abertura de la puerta, a 1,40 metros del suelo.
El bajorrelieve central representa una figura armada con dos jabalinas o cetros en forma de serpiente y rodeada de cuarenta y ocho asistentes, de los cuales treinta y dos tienen rostro humano y dieciséis cabeza de cóndor. Generalmente se acepta que la figura central representa al dios de la Creación: Viracocha.
En primavera, el sol se coloca exactamente en el eje vertical del centro de la puerta. Las cuarenta y ocho figuras talladas en piedra quizás representen un calendario, lo que constituiría una nueva referencia a la astronomía.
